Desde hace siglos, Alicante atestigua la presencia de la Monastrell; y es que hay pocos lugares tan vinculados a la cultura e historia del vino como esta región.
En 1510 el rey Fernando el Católico otorgó a Alicante un privilegio excepcional, el privilegio del vino que sería el precedente de lo que hoy es una denominación de origen. Alicante sentaba así los primeros pasos de la regulación en favor de un origen, calidad y el control de un producto. Toda esta herencia histórica se refleja en la actualidad en miles de hectáreas de cultivo y decenas de bodegas donde la variedad Monastrell predomina y es actualmente preponderante, comuna representación del 75% del cultivo en la DO Alicante.
Influencias marinas definen la variedad en la DO Alicante, la zona más mediterránea por su proximidad al mar, con la llegada de corrientes marinas que otorgan a estos vinos una frescura que los caracteriza.

Resistencia a grandes oscilaciones de temperatura y adaptabilidad a suelos calizos son las principales características que el representante de DO Alicante, Eladio Martín, destaca de esta variedad, que define como la “suprema” por su gran capacidad de supervivencia y su explosividad con alta tanicidad, color, alcohol y aromas a fruta madura.

Diferentes altitudes en los diversos puntos donde se cultiva la Monastrell, que van desde los 100 metros cerca de la costa a plantaciones en altitudes que pueden llegar a los más de 600 metros en el interior, permiten producir una gran diversidad de vinos.

Encontramos una amplia gama de vinos desde tintos jóvenes y crianza a rosados que en los últimos años que, según señala Eladio se están produciendo de una forma muy creativa, buscando tanto el rosado frambuesa como el rosado de color más naranja”. “Siempre con una gran carga de fruta, sabor a sol que caracteriza a Alicante y muy adaptados a la gastronomía local” seña, ofreciendo posibilidad de maridar con el plato estrella de la cocina local, el arroz en sus diferentes versiones: arroces de mar y de montaña.

Entre esta amplia gama, el Fondillón es la joya de la Monastrell en Alicante. La climatología permite que la variedad pueda sobre madurar en cepas- normalmente en vaso- en esta zona, para elaborar un vino seco único en el mundo, el primero en tener nombre propio y el reconocimiento de la Unión Europea, con más de 10 años de crianza y un mínimo de 16 grados de alcohol natural de su origen. “La Monastrell se expresa al máximo en estos vinos de Fondillón, manteniendo su pureza intacta durante décadas y llevándolo a nuestro paladar. Si el vino tiene 40, 50 o 60 años, sus condiciones son las primigenias, las que han dado las cepas en origen”, resalta el representante de DO Alicante. Los componentes de fruta madura de este vino permiten combinarlo a la perfección con alimentos dulces como chocolate o salados como quesos, salazones, o platos de la gastronomía oriental o mexicana.

La gran resistencia de la Monastrell, con un largo ciclo de vida y maduración, permiten su adaptación al cambio climático. La variedad tiene en esta zona la capacidad de sobre madurar en la cepa lo cual, según comenta Eladio “es algo excepcional que solo se produce en este entorno porque no hay amenaza de plaga, ni de putrefacciones y eso es algo muy valioso, que nos da mucha riqueza”.

Este año, debido a las escasas precipitaciones que se han producido -a excepción de los meses de mayo y junio- se prevé que la vendimia se haga esperar hasta el otoño.

Combinación entre historia y futuro hacen que Alicante sea una zona de máximo  interés  y una referencia de la Monastrell en todo el mundo.