El cambio climático es una realidad ineludible que está transformando profundamente la industria vitivinícola. En este contexto, la variedad Monastrell se ha consolidado como una de las más adaptables a climas cálidos y secos, conservando nuestro carácter donde muchas otras variedades no lo logran. Mientras que muchas uvas pierden acidez y complejidad en temperaturas altas, la Monastrell las necesita para alcanzar una madurez óptima.

Nuestras cinco Denominaciones de Origen que integran Monastrell España –DO Alicante, DO Almansa, DO Bullas, DO Jumilla y DO Yecla– conocen de primera mano los desafíos de cultivar en un clima cálido. Gracias a la combinación de recursos naturales y experiencia vitivinícola, logran mantener altos estándares de calidad a pesar de las temperaturas elevadas de nuestras zonas.

Monastrell: Una Variedad Clave en España

En lugar de derivar en perfiles genéricos y sobremaduros, la Monastrell es capaz de producir vinos equilibrados y matizados, incluso en condiciones adversas. Los vinos elaborados con nuestra variedad son diversos y abarcan desde rosados frescos hasta tintos jóvenes, envejecidos y dulces. Estos perfiles de vinos permiten expresar la riqueza de los diferentes terruños que representan las cinco Denominaciones de Origen de la Asociación Monastrell, las cuales ostentan el 80 % del cultivo de la superficie mundial de esta variedad.

Campos de cultivo de Monastrell

Además, las propiedades únicas de la Monastrell la hacen una variedad idónea para la elaboración de vinos con gran potencial de guarda. Nuestra capacidad para generar mostos con complejidad aromática amplía las posibilidades de creación de vinos excepcionales.

Otra fortaleza clave de nuestra variedad es la resistencia a la escasez de agua. Las viñas de Monastrell regulan su crecimiento vegetativo según la disponibilidad hídrica, manteniendo su productividad en periodos de sequía moderada y recuperándose rápidamente tras las lluvias. Este comportamiento, combinado con técnicas como el riego deficitario, permite optimizar la calidad del fruto incluso en condiciones adversas.

Adaptaciones Vitícolas en Climas Cálidos

Los productores de la Monastrell han complementado la resiliencia natural de la variedad con prácticas vitivinícolas innovadoras, perfeccionadas durante años. Estas técnicas buscan preservar la elegancia y el equilibrio de los vinos, incluso en las condiciones extremas del clima mediterráneo.

Una de las estrategias más efectivas es retrasar el ciclo de maduración de las uvas para evitar que coincida con las olas de calor del verano. Para ello, muchos viticultores optan por realizar una poda tardía en invierno, lo que desplaza la maduración hacia momentos más frescos del año. Esta técnica permite obtener un perfil aromático equilibrado sin comprometer la fertilidad de las viñas ni los rendimientos. Otras prácticas incluyen el despunte de brotes después del envero, lo que mejora la distribución de agua en la planta y reduce la concentración de azúcar en las uvas, favoreciendo un perfil más fresco.

Un Modelo para el Futuro

A medida que la industria vitivinícola global enfrenta los retos del cambio climático, el ejemplo de nuestras 5 Denominaciones de Origen resulta cada vez más relevante. Con una variedad naturalmente adaptada y décadas de experiencia, han demostrado que es posible mantener una producción de alta calidad en condiciones climáticas difíciles.

Las enseñanzas de la Monastrell sobre viticultura en climas cálidos no solo destacan nuestra resiliencia como variedad, sino que ofrecen una guía para el futuro de la industria del vino.

En un mundo en constante cambio, la capacidad de adaptarse será, sin duda, el factor clave para el éxito.